Estudio de la OIT sobre salario vital en Colombia

Un estudio presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) durante el inicio de las discusiones del salario mínimo en la Comisión Nacional de Concertación reveló que el salario mínimo en Colombia está lejos de ser un salario vital.

La OIT define salario vital como el ingreso necesario para garantizar una vida digna a los trabajadores y sus familias, conforme al Convenio 131 sobre fijación de salarios mínimos. Con base en la información del Dane (Encuesta Nacional de Hogares, actualizada a 2024), la OIT estableció cuatro componentes esenciales para determinarlo:
alimentos; vivienda y servicios públicos; educación y salud; y transporte.

Según el estudio, una familia colombiana promedio de cuatro personas requiere $3 millones mensuales para cubrir esta canasta básica en 2024. Sin embargo, el promedio nacional es de 1,5 trabajadores por hogar, por lo que el salario mínimo vital estimado fue de $2 millones para ese año.
Al ajustarse por inflación, para 2025 dicho salario vital sería de $2.104.000, cifra que deja una brecha de $680.500 respecto al salario mínimo vigente ($1.423.500). Esto refleja un rezago del 47,8%, evidencia de que el salario mínimo actual no cubre las necesidades básicas de un hogar colombiano.

El estudio también desmonta la tesis según la cual incrementar el salario mínimo aumenta el desempleo. Entre 2022 y 2025, el salario mínimo creció 16 puntos por encima de la inflación, mientras que el desempleo cayó del 11,7% al 8,1%, contradiciendo el argumento empresarial tradicional.

La OIT señala que existe margen para que el gobierno avance en la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores. Un incremento significativo del salario mínimo podría beneficiar a 3,7 millones de trabajadores y 1,3 millones de pensionados que reciben un salario mínimo.

Aunque el Gobierno ha venido corrigiendo el rezago histórico heredado de políticas neoliberales, las centrales obreras —CUT, CGT, CTC, junto a CPC y CDP— consideran que el aumento anunciado del 11% para 2026 debería ser mayor, con el fin de acercarse progresivamente al concepto de salario vital y reducir la marcada desigualdad social del país.

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