¿Impedimento ético?

Si para Sandra Morelli, Contralora General de la república, lo relacionado con el chance en Caldas merece el calificativo de "campaña de desinformación", para muchos caldenses las investigaciones adelantadas por esa contraloría merecen el calificativo de actuaciones sesgadas, dirigidas, predeterminadas y direccionadas -en el mejor de los casos-, o descaradas y deliberadamente permisivas o ciegas en lo que tienen que ver con su anterior jefe, Emilio Echeverri Mejía.

Y voy a citar solo tres casos en los que la participación del exgobernador ha pasado inadvertida, pero que han generado grandes escándalos perjudiciales para nuestra imagen, y cuyos costos sociales, políticos y económicos son incalculables:

Alrededor de Aerocafé se han tejido cuentos, mitos, leyendas y consejas, y se han visto involucrados por supuestas irregularidades, aún no probadas, decenas de personas que han tenido que ver con el aeropuerto y, en algunos casos, cuyos vínculos con el proyecto y su construcción no pasan de ser un accidente en la vida. Procedió la Contraloría a abrir un proceso de responsabilidad fiscal en contra de 31 personas y a embargarles sus cuentas; entre ellos, al Alcalde de Manizales, al Gobernador de Caldas, al Gerente del proyecto, su Junta Directiva, gerente y exgerentes de Inficaldas e Infimanizales, al exdirector de la Aeronáutica Civil, al director de Corpocaldas, a la Universidad Nacional y a los contratistas. Todos ellos, según la Contralora, vinculados por su responsabilidad en la construcción del aeropuerto. Pero, no sé si por ignorancia, o con deliberación, omite involucrar a Emilio Echeverri Mejía cuya participación en el Aeropuerto data desde la Federación Nacional de Cafeteros (a través del Comité Departamental, a cuyo cargo estuvo parte de la construcción) y en su paso inocuo por la Gobernación de Caldas.

Y aunque al hacer un análisis más detallado de lo que pasa en Aerocafé, podemos concluir que las fallas e irregularidades presentadas no son nada diferente a las ocasionadas por fenómenos naturales y por los márgenes de error propios de toda obra civil, el eco que han tenido los escándalos han llevado a poner en vilo el proyecto más importante de Caldas en su historia. Lo que planteamos desde hace ya un tiempo es el por qué se vincula a todo el que tangencialmente ha tenido que ver con el proyecto, y se dejan incólumes tanto al Comité de Cafeteros como al exgobernador Echeverri, cuando han sido protagonistas de primera mano y han tenido poder decisorio y definitivo en lo bueno y en lo malo que pasa en la obra.

Lo segundo, es lo relacionado con el Fondo Mixto de Caldas. Se abren investigaciones, se vinculan personas, se adelantan procesos y se deja en la picota pública a algunos de sus directivos o representantes de otras entidades en su junta directiva, pero solo a partir de enero del 2008, cuando para nadie es un secreto que la institucionalización de las contrataciones ágiles, a través de esta figura, sucedió en el gobierno de Emilio Echeverri. ¿Qué pasó en el año 2007? ¿Son lícitas las contrataciones hechas por el Fondo Mixto de Caldas durante el gobierno de Echeverri, pero dolosas, censurables y maquiavélicas aquellas que no fueron de su resorte?

Aquí tampoco creemos que hubiera dolo, pues la figura de estos convenios interadministrativos se establece con la finalidad de agilizar los procesos en situaciones que requieren de inversión inmediata, lo cual no es posible si se atienden los lineamientos paquidérmicos de los procesos públicos de contratación. No creemos, repito, que exista algo ilegal; pero repudiamos la parcialidad en las investigaciones y que sea la propia Contraloría la que omita manifestarse sobre la contratación del año 2007 -como si esta no hubiera existido-, y censure que se proceda como se venía haciendo solo cuando se cambia el gobernador.

Lo tercero, es el manido caso del chance en Caldas. Hay que repetir que todo lo que hoy se repudia en relación con este contrato sucedió desde la administración de Emilio Echeverri: reducción del monto, falta de previsión en las cifras del contrato, inadecuado cálculo de recaudos y transferencias, etc. Pero eso no parece importarle a la Contralora quien, en forma peligrosa, guarda un silencio absoluto sobre lo que pasó en el gobierno de su expatrón, y se va lanza en ristre en contra del nuevo contrato, olvidándose de que tuvo origen en su administración, y precisamente con Susuerte que viene explotando el chance en Caldas desde hace muchos años.

Aquí hay que decir que tampoco parece haber nada ilícito, pues las revisiones de las cifras se hacen con base en la ley y los procedimientos recibieron los avales legales respectivos. Pero extraña y preocupa que lo que sucede en el caso del chance en Caldas solo sea delictuoso cuando no está involucrado el exgobernador Echeverri, así sea una práctica normal u obedezca al ejercicio de los procedimientos comerciales regulados en la ley. La Contralora Morelli ha pedido que se formalicen las denuncias en contra de Emilio Echeverri. Sé que lo aquí planteado no puede considerarse como una denuncia formal, pero sí puede llegar a ser un punto de reflexión en el sentido de que debería existir algún impedimento ético por parte de Emilio Echeverri y la propia Contralora General, máxime cuando curiosamente la extensión de las investigaciones en Caldas se limitan al período en el que él no pudo haber sido responsable; y el resto, es decir, donde él sí tuvo participación, simplemente se omite. 

Jorge Enrique Pava Quiceno
Tomado de La Patria.com
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